viernes, 14 de agosto de 2020

Víctor Hugo Sánchez: Sin credibilidad un periodista nada vale

 Miguel G. Galicia



Mientras entrevisto a Víctor Hugo Sánchez (VHS) me van surgiendo imágenes variopintas, pues como siempre que charlo con alguien, quien sea, trato de armar en mi mente su retrato; por ello, y luego de un rato lo imagino robot, Frankenstein, rara avis, con pelo largo, rapado, barbón, joven, con voz aguardentosa, flaco, gordo, bonachón, chistoso, serio, camarada, el conejo de Alicia en el País de las Maravillas…

 

VHS es un reportero mexicano de viejo cuño, con más de tres décadas de trayectoria, de mirada y pluma singulares, características que le han permitido evolucionar en una especie de cyborg de la comunicación, todo terreno, armado con piezas nuevas y de repuesto, abrillantadas, recicladas y ensambladas, todas aglutinadas con un adhesivo compuesto de credibilidad y pasión por "la nota".

 

Ahora, luego de todo este tiempo de ejercer su oficio, ha publicado el libro "RP: El Otro Lado del Espejo" (Rosa María Porrúa Ediciones), en el que reúne ese andar, recabado de las colaboraciones publicadas en diferentes espacios periodísticos.

 

En cada entrega o capítulo o anécdota, Hijo de Vecino —como también es conocido en el ámbito—, relata, cuenta, comparte y revela con la facilidad que da un estilo de quien escribe como habla, en confianza, o como cuando en una sobremesa o café o cantina uno escucha al camarada que cuenta chistes o películas o chismes que caen como digestivo que uno paladea gustoso, y que ayuda a tragar tanta realidad; y lo mejor, produce miradas recelosas, sonrisas cómplices, en sus interlocutores.

 

Al respecto el propio comunicador explica que cada episodio que da a conocer es real, y le consta, que nada se inventa, pues "la credibilidad" es la piedra angular de su vida profesional. Sin ella, dice, un periodista nada vale.

 

"La credibilidad es nunca vender la pluma", es su máxima.

 

La misma que en tres décadas de andar en la industria del entretenimiento, entre el periodismo y la representación de artistas como jefe de prensa, como se le denominaba a su posición hace unos años en México, y ahora RP, le ha sostenido y abierto muchas puertas.

 

Día a día ha construido, su "nombre" como RP, pero no ha sido fácil, pues ha debido pagar un precio que le ha cobrado varias facturas.

 

"Nunca fui eventos familiares, bodas, XV años", no, no había tiempo, espacio en agenda; entregó el alma sin chistar, en todo momento, la salud.

 

"Trabajo por placer, en entrevistas, conferencias. Me he entregado a la pasión del periodismo"; claro, lo mismo dicen los adictos, y él de alguna manera es uno.

 

Pero a cambio, agrega, ha vivido experiencias que, escribe en su libro: "Y, así, con la fortuna de haber elegido bien el oficio, un día Nueva York, Miami, Los Ángeles y Disneylandia en calidad VIP; al otro día, Las Vegas, Montecarlo, Nicaragua, El Salvador, Montreal, Québecq, Sevilla y Santiago de Chile.

 

"Siempre invitado, siempre de a gratis, y en los mejores lugares, y cerca, siempre-siempre, de las celebridades".

 

Un tipo contento con la vida, pese a "haber estado muerto en el quirófano", y a "estar tuerto durante cinco años", y a perder la voz y ser sometido a una operación, y a haber sido amenazado de muerte cuando cubría un tema escabrosos —el de los discos piratas—, y a haber caído y salido del mundo de las drogas; de haberlo perdido todo, y cuando dice todo, se refiere a to-do, lo que un ser funcional puede atesorar: familia, trabajo, tranquilidad.

 

Y sobre esa época de más obscuros que claros, en su viaje por este plano, asegura que "no sabía quién era yo, y en ese afán de pertenecer me perdí".

 

Dicen los miembros de AA —él no lo es— que para subir, primero hay que tocar un fondo, y él lo hizo. Quizás por eso ahora, en esta época suya, habla con la paz que da ser más sabio por diablo que por viejo

 

Reitera sobre su libro que aun cuando no es un manual, para nada, acepta que podría servirle a las nuevas generaciones —a las que afirma ayuda siempre que puede como a él una vez le apoyaron otros viejos lobos— para saber del tema, pero su principal objetivo es entretener; de eso él sabe mucho.

 

Reconoce que los tiempos empezaron a cambiar hace 12 años, la tecnología ha trastocado todo, cómo las plataformas de streaming, redes sociales, han transformado las audiencias; de igual manera que le tocó vivir tiempos de cerca el proceso de transformación en el medio y la forma en que se comunica.

 

Nombres y nombres engrosan la lista de su CV de aquellas entrevistas que ha realizado para escribirlas, y de aquellos a quienes se las agendó con otros colegas: Salma Hayek, Lucía Méndez, Eugenio Derbez, Guillermo del Toro, Paul McCartney, Jane Fonda, Elton John o Billy Joel, Rolling Stones, José José, Paulina Rubio, Verónica Castro, Omar Fierro, Lucha Villa, Franco, María Sorté, Juan Ferrara, Enrique Rocha…

 

Una frase que resume sus aventuras y que igual escribe en "RP: El Otro Lado del Espejo" es: "Siempre invitado, siempre de a gratis, y en los mejores lugares, y cerca, siempre-siempre, de las celebridades. Como ser testigo y cronista de una época, con el privilegio del trato preferente. Como observar un cachito de historia en primera fila".

 

Pero ésta es una joya: "Ya lo he dicho aquí, pero me encanta repetirlo: no hay manera más divertida de ser pobre que, siendo periodista".

 

Tres décadas después, 31 para ser exactos, este hijo de vecino, que se ha vuelto un rockstar del periodismo mexicano de espectáculos y del entretenimiento, que, dice, ha desarrollado la habilidad de saber cuándo y cuánto contar lo que ve y escucha en ese mundo suyo, mantiene en perfecto orden su discurso y no se sale de él, salvo de pronto, pero solo lo que él decide mostrar, hábil como torero de fina estampa, esquiva, capotea, pero siempre mirando de frente, engallado, sin prejuicios ni medias verdades —le llama al pan, pan, y al vino, vino— bordea ambos lados de la línea de la comunicación: el del periodista, que escribe —y es entrevistado— en diversos medios y plataformas, y el del que genera la nota, desde su oficina de RP.

 

Sobre sí mismo él mismo refiere, en la presentación de su obra: "Alguien me dijo que debí llamarme Víctor Ego Sánchez y, aunque no andaba equivocado quien me sugirió". Y en persona: "Soy un Ave Fénix, que resurgió de sus cenizas". Y quien esto escribe, se aventura a señalarlo como "un viejo lobo que aúlla a sus cincuenta y algo que lo hace fuerte".

Fotos: cortesía del autor


No hay comentarios.:

Estudiantes destacados buscan apoyo para cumplir su sueño de representar a México en Marruecos

Alumnos del Colegio Valle de Filadelfia Santa Cruz Atizapán apoyan con lámparas y aerogeneradores de energía, hechos por ellos mismos, a pob...