Ofelia Medina: El individuo es el pasado de la humanidad, nuestro camino es aprender a ser comunidad

La actriz y activista convoca a la sociedad a donar a la fundación El Fideo, para desplazados en Chiapas

La violencia y la pandemia han provocado el recrudecimiento absoluto de las condiciones de los desplazados, dice

Miguel G. Galicia

Hay dolores que no se quitan nunca, y el de Ofelia Medina por "el otro" es de esos, y empezó hace mucho tiempo, antes incluso de 1985, cuando conoció, in situ, la miseria que desde tiempos precolombinos sobrevivían los pueblos originarios del país. Lo mismo en Veracruz que en Oaxaca, en Chiapas, en Guerrero… de tal manera que con él a cuestas se adentró en el mundo, si acaso antes no lo había sufrido en cada texto que como actriz, había y sigue representando en su vida.

La también productora comparte que esa necesidad por ayudar a los dueños primigenios de estas tierras, olvidados por generaciones de gobernantes, indolentes, la llevó a sumarse en 1990, en la fundación de un proyecto humanitario, FISANIM A.C. (Fideicomiso para la salud de los niños indígenas de México), https://www.fisanim.org/, pero, le decimos "El Fideo" —acota con una entonación que acaricia cada letra.

 

Ahora mismo, comparte, se les brinda alimentos y otros insumos de primera necesidad a tres mil personas, desplazadas por la violencia en Chiapas. Por esa razón platica y llama, exhorta, busca crear consciencia para que los ciudadanos se sumen con apoyos para ese Fideo que brinda apoyos en donde el Estado, afirma, no lo hace, o es deficiente.

"Apoyamos a comunidades zapatistas, a las organizaciones que fueron masacradas en Acteal", que se aglutinaron en la organización social Las Abejas.

Llevamos alimentos, juguetes a Acteal, Chalchihuitán y Aldama… por un segundo interrumpe la charla, y del otro lado de la línea musita con voz de hoja mecida por el viento: "…Me están avisando que están atacando a la gente de Aldama"… Silencio.

 

Regresa unos minutos después, no del todo repuesta y recuerda que eso, la violencia, el olvido y el Covid-19 han causado más estragos en esa población vulnerable, pues si antes tenían apenas lo necesario para subsistir, ahora ya no tienen nada.

"Es un recrudecimiento absoluto para los desplazados", hay quienes enfermos, "deben pernoctar en el suelo, a la intemperie", en espera de ser atendidos en el único centro hospitalario que les queda lejos, y no tienen agua, ni techo, ni alimentos. La situación de esas comunidades "se ha agudizado" porque por si fuera poco, "todo se ha encarecido".

"Se trivializa la verdadera situación de la salud", reitera.

En esa ecuación de pauperización, recuerda, "ha habido una parálisis del sistema de justicia, de por sí paralizado". Pero no culpa a nadie en particular, aunque sí reconoce que "son los tres niveles de gobierno", "municipal, estatal y federal", además de todos los ciudadanos, los responsables, y exhorta a hacer más ya que "no basta con solo donar" a proyectos como El Fideo, se trata de hacer justicia, de "hacer comunidad".

"No es uno, ni 20, somos responsables todos los mexicanos y mexicanas".

Y es de vieja data, recalca, pues le tocó vivirla en carne propia cuando la amenazaron de muerte por participar en la difusión y defensa del activista Sósimo Hernández.

Ofelia Medina regresa al punto, ayudar, convocar a donativos a través de https://www.fisanim.org/, no para solucionar una problemática que indigna porque alcanza a "10 millones de personas empobrecidas y a las que sumarán 26 millones más al terminar la pandemia", explica.

Su entonación se hace ya de piedra, de lumbre, cuando habla de que "estamos en emergencia alimentaria, y no reconocerlo va a traer más problemas aún" y de que tal parece que ahora mismo no es prioritaria la alimentación".

Mas ella y sus cómplices no se quedan de brazos cruzados, como no lo han hecho desde 1990, cuando crearon ese fondo de ayuda humanitaria, y no se queda solo en entregar insumos, enseres, pues capacitan en nutrición a miembros de esas comunidades, y luchan por visibilizar el tema.

 Apostamos, comparte, "por una alimentación nutritiva", basada en " el amaranto, el gran tesoro de la alimentación de los pueblos prehispánicos, mezclado con maíz y frijol", todo molido, como un pinole.

Sí, Ofelia Medina siente "dolor por lo que sucede allí, en Chiapas, en Chenalhó", y "¿qué es lo que pasa en Chiapas?... lo que está pasando en todo el país, el resultado de la desigualdad e injusticia".

 Más no tiene tiempo para regodearse en el dolor, por eso clama apoyo civil, en tiempos en los que el nuevo coronavirus le ha recordado al ser humano su fragilidad. "Nuestro camino es aprender a ser comunidad. El individuo es el pasado de la humanidad. Pero las organizaciones de los pueblos indígenas, hablan por su colectividad. Ellos ya lo sabían desde hace siglos"…

Crédito de fotos: cortesía de Ofelia Medina


Esta entrevista fue publicada en La jornada:

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