El sábado 7 de noviembre a las 20:30 horas, tiempo de la Ciudad de México, la Reina Chula presentará de manera presencial en el Teatro Bar El vicio su espectáculo "El Evangelio según Santa Rita"
Espectáculos como éste son un oasis en medio de esta tormenta de arena en la que se ha convertido la pandemia de Covid-19, dice
Miguel G. Galicia
En estos tiempos modernos es imposible no hablar de la pandemia; los nuevos lugares comunes versan sobre nueva normalidad, sana distancia, protocolos sanitarios, cambios en la humanidad, en el ser humano, todo tiene que cambiar, y muchos más, por eso cuando se menciona algo que se sale de esa norma, brinca con la fuerza de la excepción: Redescubrir. La cabaretera Ana Francis Mor es la que suelta esa palabra y de botepronto la charla, que hasta el momento, apenas unos minutos, toma cariz de plática, más que entrevista.
Esa palabra siembra idea, un punto apenas perceptible en la lejanía, la cual va creciendo conforme avanzamos, cada uno del otro lado de la pantalla, hasta sentarnos debajo de su sombra: Volver al lugar en el que ha sido feliz.
— Con esto de la pandemia, hace mucho miedo, ¿cierto? —planteo.
— Sí. Todo es nuevo, es como hacer el amor por primera vez, besar por primera vez.
Y "ese es el atractivo de la primera vez", comenta, porque aunque para ella han pasado al menos 25 años de su estreno en el cabaret, en tales circunstancias inéditas que se viven, todo pinta para hacer lo que sabe hacer, como novel, con esa cosquilla y el corazón a galope.
En ese contexto, tanto las 25 personas que podrán ingresar al recinto escénico, por estricta medida de prevención, como las que podrán seguir la función por zoom, en streaming, el acuerdo entre el actor y el público será reforzado, de tal suerte que, viajeros todos, atravesarán tomados de la mano "la tormenta de arena" que es esta etapa pandémica, hacia el oasis que representan, explica, "espectáculos como éste". Un respiro, ojos cerrados, hallar de nuevo el centro de uno...
— ¿"El Evangelio…" podría ser una ventana?
— Sí…
La imagen se frizea, ella se congela de pronto, porque el internet no tiene palabra, y algunas de sus palabras se pierden para siempre entre los bits y la nada, pero también esas vicisitudes se tienen que sortear. Redescubrir cómo es un reto compartido.
No hace falta beber café, porque ya estamos instalados en una plática que debiera ser cara a cara, pero quisiera pedir uno doble cuando descubro que Ana Francis Mor, piensa en cabaret todo el tiempo, y confiesa que ya quiere "sentir" de nuevo la experiencia teatral, tomarle el pulso al público, escuchar la respiración, mirar las expresiones del otro, allí en las tablas.
¿El mundo?, en el mundo ya no hay escapatoria —"no puedes huir a ninguna parte"— salvo para quienes puedan vivir una experiencia como el arte; como el suyo que, piensa en voz alta, "nunca ha sido masivo" y "nunca lo será", peor para ella está bien.
Lo que pasa, reflexiono, es que ella es un animal teatral que necesita enfundarse en otra piel, nuevamente, antes de que el rebrote nos alcance en esta ciudad puta, y las autoridades obliguen a todos a otro confinamiento, para poder ser feliz.
Terminamos la videollamada. Nos despedimos con muchas preguntas y respuestas sin pronunciar entre nosotros, ya no hay tiempo, nunca lo hay de sobra. Un minuto después de "salir" de la sala de zoom, me reclamo que no le haya deseado "mucha mierda", otro lugar común para estos casos, y neurótico como soy, paladeando ese saborcillo, apago el teléfono.
Fotos tomadas de: https://anafrancismor.com/santa-rita y Factor 4
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"El Evangelio según Santa Rita"
Ana Francis Mor juega y nos divierte cuando lanza que dios
no solo es el primer papá soltero de la historia, sino que su paternidad es
tan cuestionada que dan ganas de denunciarlo al DIF. Y ante la falta de
estructura dramática, suspenso y mal trazo de los personajes bÍblicos, ella
reescribe magistralmente una biblia donde no hay Liliths expulsadas, Evas
castigadas ni millones de mujeres sin nombre. “Y no daremos marcha atrás –
proclama-, porque si volteamos para atrás nos convertimos en estatuas de sal”.
Gracioso, ocurrente y provocador, este espectáculo es una muestra maestra del mejor cabaret que se hace en México y que tanto se reconoce en el extranjero. En 90 minutos arrasa con todo y no deja títere con cabeza. Lejos de cualquier complacencia, Mor mete el dedo en la llaga de todos los temas y para ello se vale de la historia de Moisés, el diluvio, Abram, Sara y Agar (el primer trio según la dramaturga y actriz), mas todas las historias que integran el libro de casi dos mil páginas.
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