viernes, 23 de abril de 2021

Erik Rivera: toda mi obra son como estampitas o ilustraciones de un cuento infantil o un álbum

El artista plástico mexicano presenta STAR WARS un tributo en el STC METRO de la Ciudad de México Más de 10 óleos y bocetos en los que el pintor representa a los principales personajes de la saga, en la estación Salto del Agua durante mayo y junio

Miguel G. Galicia Erik Rivera es un pintor/diseñador mexicano (Ciudad de México, 1979) con múltiples exposiciones a lo largo del país, recurrente expositor en las vitrinas del STC Metro, creador de los carteles del Festival de Cine MIX y ganador del concurso del cartel “Colección que inspira” del Museo Franz Mayer en 2020, y ahora presenta Star Wars un tributo de una saga que, cuenta él mismo, fue su primer recuerdo. Tomado de la mano de su madre, llegó al cine y quedó impactado de tal manera, que al pasar el tiempo ha descubierto una lección: puede "vencer el miedo".
Sin inauguración oficial, debido a la pandemia Covid-19, este artista mexicano, esta serie de más de diez óleos y bocetos sobre el universo creado por George Lucas para conmemorar el 4 de mayo Día Internacional de STAR WARS (May the 4th be with you), será expuesta durante mayo y junio en las vitrinas del transbordo de la estación Salto del Agua del STC Metro de la CDMX.
En entrevista, el creador aborda sus motivaciones, y destaca que esta propuesta plástica es una respuesta orgánica directa a la tecnologización que se vive en la actualidad.

—Veo un espíritu lúdico en esta colección, ¿de qué manera vive hoy en día su conexión con su niñez?
—Trato de vivirla o revivirla todos los días, como un hábito, en muchos sentidos me orienta, recuerdo quien quería ser o cómo quería ser; analizarla me hace entender el porqué reacciono, como reacciono de adulto, no solo es una mirada melancólica hacia atrás, es una disciplina emocional de reforzamiento de ti mismo. Infancia es destino, y si hay que cambiarlo, tienes primero que entender la infancia en tu caso, en cada caso. Y finalmente la pintura es un juego que me mantiene en contacto siempre.
—Estas obras parecen ser un espejo para el adulto que vivió la época de los álbumes, ¿ese era su objetivo?
—Sin duda, la infancia y el arte te permite retomar cualquier tema sin que el análisis y el choque sea tan violento, la idea es conectar precisamente con el niño interior del adulto espectador.
Toda mi obra son como estampitas o ilustraciones de un cuento infantil o un álbum. Digo que pinto estampitas de vida. Esa es la vida un álbum de estampitas.
—Infancia es destino, brevemente explique si ese precepto aplica en usted
—Aplica a todos en general, en la infancia encuentras la llave del amor, del dolor, de la pasión, etcétera, de toda una vida. El cómo aprendiste a entender todo incluido tu mismo, y cómo percibes todo.
Muchas veces son percepciones que no cuestionas o que son completamente inconscientes y otras veces ni siquiera tienen que ver contigo, simplemente las tomas y las llevas cargando. Cuando esos introyectos chocan con tu verdadera personalidad o resultan muy pesados para cargar, es cuando hay que regresar a la infancia para desactivarlos.
— ¿Podríamos pensar que su propuesta estética en esta colección es una respuesta ante tanta tecnología?
—No lo había visto como una respuesta directa; pero sí, es una respuesta un tanto orgánica, son piezas que a primera vista pueden estar conectadas con la masividad visual que vivimos, ya todo es caricaturizado, pero (en este caso) ninguna está producida con tecnología, todo es lienzo, óleo, pinceles y solo existe una obra original. Podría ser una manera sutil de evocar al trazo, al error, la desproporción, no estoy interesado en proyectar una imagen perfecta, una foto y luego calcarla y rellenarla con color. El realismo o hiperrealismo es completamente mecánico, me aburre.
— ¿Cómo fue que llegó a este punto en el que combina lenguajes estéticos?
—El arte en general es una combinación de muchas referencias y lenguajes, mezclo mis referencias favoritas, en este caso de Star Wars hago un sincretismo entre el arte medieval, renacentista y barroco, con ciencia ficción del cine entre dos siglos, que aparentemente no tendrían nada que ver. El universo entero de Star Wars está nutrido de un sinfín de referencias de todas las culturas y épocas de la historia de la humanidad en un universo "paralelo" en una galaxia muy lejana, el irlas conectando con su correspondiente en la historia humana me atrae muchísimo.
— ¿Cómo fue el proceso de curaduría?
—Más que un curador o curaduría, fue la elección de los personajes y sus referencias. Viví con los personajes de la primera trilogía desde niño, los jugaba, los dibujaba, los evocaba. Era importante para mí que estos personajes fueran los primeros. Esta serie está lista desde finales del 2019, por la pandemia Covid, fue imposible presentarla antes. Hay un texto introductorio que me hizo Luis Roiz especialista en cine de ciencia ficción y terror y gran fan de Star Wars. Estaba más interesado en presentarla que en hacer propiamente que un curador la presente. Aunque no estoy cerrado a que eso pase posteriormente.
—El mundo Star Wars es vasto, ¿veremos más pinturas en el STC Metro, en otro sitio?
—Yo espero que sí, este año continúe pintando algunos personajes de Star Wars, así que la colección puede crecer en tamaño de piezas y en proyección hacia el público. El Metro te da una cantidad de público voluntario o involuntario que no te da ningún otro lugar en la ciudad. Tengo cuatro exposiciones en el Metro desde el 2009. Invariablemente regreso al Metro.

— ¿Puede contarme cómo fue y qué ocurrió en usted la primera vez que vio una película de la saga?
—De hecho es probable que "haciendo cuentas" sea el primer recuerdo que tengo en la vida entera, son más emociones que imágenes, tendría cuatro años cumplidos, recuerdo haber entrado a la sala de cine con la película empezada, de la mano de mi mamá y de mi abuelo, nos tocaron asientos muy pegados a la pantalla, de pronto apareció Jabba The Hutt y me espanté muchísimo, recuerdo haberle pedido a mi mamá que nos fuéramos estaba petrificado en el asiento, al final me compraron un Luke Skywalker con la espadita fluorescente a la salida del cine; ahí se selló todo, ya después vinieron los juguetes, las películas en BETA o VHS, porque mis primos mayores también eran fans de Star Wars. De hecho fui con uno de ellos a la expocoleccionistas hace un par de años. A la fecha tengo un Jabba The Hutt en mi escritorio, junto a la computadora, me recuerda que puedo vencer el miedo.
Credito de las fotos: cortesía

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