El primero de éstos cuenta con 15 años de historia, y en él participan maestros, trabajadores, alumnos y vecinos de cada campus —San Lorenzo Tezonco, Centro Histórico, Del Valle e Iztapalapa Casa Libertad—; en tanto que la orquesta tiene apenas dos años, y además de la enseñanza de música, se preocupa por la iniciación musical y artística.
Ambos se han convertido en semilleros de futuros músicos o bien lugar en donde ciudadanos, de todas las edades, buscan, y hallan, en esa rama de las artes, sumar a un mejor entorno y/o a alejarse de ambientes de alta incidencia delictiva e inseguridad.
Así lo señala el propio Francisco Grijalva, quien en entrevista, también comparte que los frutos de su esfuerzo, compartido por sus alumnos y colaborares, “quienes trabajan y disponen de sus talentos, por el puro amor al arte”; es decir, sin retribuciones, hacen una labor sin apoyo gubernamental o, si acaso, el mínimo, y claro, acota, reconocimiento de las autoridades universitarias.
Por ello, y con la oportunidad a la mano, solicita becas, apoyos, recursos que retribuyan lo que ese tipo de empresas entregan a la sociedad.
Con todo, con sus propios recursos, afirma el director coral y orquestal egresado del Conservatorio Nacional de Música, logran crear giras en recintos como el Centro Cultural Mexiquense Bicentenario; en el Foro 1 del Centro Cultural Venunstiano Carranza de la alcaldía del mismo nombre; en la Casa Sifón en Iztapalapa, el pasado 8 de junio, en donde consumaron una de sus más importantes experiencias, comparte, al mostrar su repertorio a unas 500 personas, muchas de las cuales nunca han tenido la oportunidad de presenciar ópera o música de orquesta.
Sobre sus motivos, Grijalva Vega apunta que “una persona que atisba el arte, tiene otra visión de la vida”, ya que “cuando toca el arte, te vuelves perfectible”.
A él eso le cambió su vida, reconoce: “Desde muy chico tuve la pasión por la música. Estudié tres carreras, y tuve la oportunidad de presentarme fuera del país, pero sentí que dónde más se me necesitaba era aquí”.
Abunda que luego de años de trabajar con diamantes en bruto, ha logrado descubrir “mucho talento”, por ello, y contrario a la forma a los favoritismos que ha observado en su carrera, “busco cambiar el tornillo a otro lado”, manifiesta en sentido figurado, y apuesta por pulir o apoyar a nombres como Verónica Vértiz, “quien lo mismo ha cantado en roma que en Iztapalapa”; Esthibaliz Rojas, quien lo mismo incursiona en el bell canto que en el pop, jazz o rock.
Daniela Miranda, Estrellita Ríos; David González o Raúl Alcocer, son otros nombres de jóvenes mexicanos que podrían cantar, afirma, en cualquier escenario.
El próximo domingo 30 de junio este coro presentará una gala de la ópera Madama Butterfly, de Giacomo Puccini, a las 13:00 horas, en el auditorio Jaime Torres Bodet, del Museo Nacional de Antropología, y después, el 6 de julio, a las 17:00 horas, en el patio central Octavio Paz, de la Biblioteca México. La entrada es gratuita.
Entusiasta, Francisco José Grijalva Vega, es un maestro, artista y promotor cultural que a fuerza de soñar, tener fe y valentía avanza, muchas veces a contracorriente, en las aguas del burocratismo, todo para sembrar en la ciudadanía una idea que podría semejar a un faro en medio de la noche: “El que hace arte gana-gana”, finaliza.
Crédito de Fotos: Tomadas de la página de Facebook de la agrupación:
https://www.facebook.com/ensamblecoraluacm/photos/a.391125324337066/2247700228679557/?type=3&theater
Foto 1: Grupal, genérica, integrantes del coro
foto 2: (cenital) de archivo de la Sinfónica y Ensamble coral de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, en el Plantel San Lorenzo Tezonco.
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