Miguel G. Galicia
1
Primer resultado: MiAnGonGa, negativo; segundo: GaVaVa, negativo; tercero: CaHeVa, POSITIVO.
El piso se hunde. Estupor, incredulidad, alarma, miedo que trepa por la espalda y me besa la nuca. El frío en esta zona alta de Ciudad Puta hinca con más fuerza sus colmillos en los huesos.
Personal de enfermería comparte información sobre covid-19 en un centro de salud de la Ciudad de México / Foto: @SSaludCdMx
Escucho a la persona que me dice que lo lamenta mucho, lo cual no es cierto, que llamemos al 911 y que sigamos instrucciones, que recibiremos un kit médico, ayuda económica, pero no dice cuando, ni como. Enfatiza: "No salgan para nada".
Una especialista muestra la prueba para detectar el SARS-CoV-2 en la Ciudad de México / Foto: @SSaludCdMx
G recibe la noticia más apesadumbrada que yo, hasta anoche
solo éramos "sospechosos", y ahora somos "negativos" pero
con el resultado de C, de facto nuestra pequeña duda se torna en un largo y
desconocido camino espinoso. La culpa la obnubila, pese a que la doctora que
nos revisó ayer, y que nos pidió que fuéramos a hacernos la prueba, nos comenta
que estamos en una etapa en la que en cualquiera puede contagiarse en lugares y
situaciones menos pensadas, por todo, por nada, por descuidos, de rebote o por
indolencia.
Jornada Nacional de Salud Pública en la Jurisdicción Sanitaria Tlalpan: visitas domiciliarias, detecciones, toma de muestras Covid-19 / Foto: @SSaludCdMx
Yo solo pienso que hace un año el bicho estaba en China, y
hoy, una noche de diciembre de 2020, está en nuestro hogar.
Entonces, echamos a andar la máquina de la memoria. A dónde fuimos, sí hemos salido, al super, a otras ciudades, pero tomamos todas las precauciones, o eso creímos; sana distancia, lugares abiertos, lavado de manos cada que tocamos algo de uso común; antes de subir al auto nos desinfectamos con un rociador y alcohol con agua, en fórmula 70%-30%; nos quitamos los zapatos al cruzar la puerta de la casa, nos lavamos las manos antes de tocar nada, nos desvestimos y bañamos al regresar… Pero la duda nos dice que en alguna ocasión no lo hicimos bien, o pasamos por alto…
Personal especializado brinda el servicio de pruebas de detección de SARS-CoV-2 en la ciudad de México / Foto: @SSaludCdMx
¿En dónde pudo ocurrir?
Concluimos, por el periodo de tiempo de contagio, que como dijo nuestra doctora, sucedió en el dentista. Maldecimos.
Un primer mal
diagnóstico, que me trajo de vuelta en vuelta a su consultorio una vez a la
semana por más de un mes, con paliativos, incrementó mis dolencias, por lo que una
segunda opinión descubrió una pulpitis ya muy avanzada, y con muchísimo dolor, de
tal suerte que esa dentista me tuvo que realizar una endodoncia urgente.
Eso me tuvo horas en
un lugar de mucho riesgo, pequeño, con dos sillones, un escritorio, sillas, poco
ventilado, y personal muy cercano. Pero no tenía de otra, el dolor era
insoportable. Además por lo que dijo la dentista, ya había infección.
Regresamos una semana
después, dado que no bastó la primera sesión de procedimiento, y fue allí, en
donde lo contrajimos, seguramente.
La Jornada Nacional de Salud Pública, se realizó del 19 de octubre al 6 de noviembre 2020 / Foto: @SSaludCdMx
Ya en casa, luego de realizarnos el test con el cotonete gigante, que llega hasta el cerebro y deja una sensación de haber inhalado chile en polvo, como adictos, G y yo decidimos hablar con C. Por su corta edad tememos su reacción ante el miedo de lo que ya poco pero siniestro que ya conoce, de oídas, lo que ha venido viendo de la enfermedad en redes sociales, durante el confinamiento al que nos hemos obligado, casi total.
Tenemos la fortuna de poder permanecer en casa, por eso pedimos y compramos todo por internet, y cuando ha sido necesario hemos acudido al supermercado a realizar compras, dejando a los chicos en el auto, a buen resguardo. Ahora todo representa una posibilidad de contagio, mas nos ajustamos a los tiempos de entre 2 y 14 días desde que uno está en contacto, como dicen las autoridades sanitarias, con un caso de SARS-CoV-2.
Un policía de la Ciudad de México supervisa y orienta a la ciudadanía en uno de los accesos a los visitantes del Centro Histórico para evitar aglomeraciones que puedan propagar el Covid-19 / Foto: @Claudiashein
C y mis hijos… ¡Mis hijos!, ellos estuvieron un día después de mi visita al dentista. Otro pendiente, deben acudir a hacerse la prueba, recomienda la doctora.
Le comparto a todos nuestros hijos el resultado, por WhatsApp y todos reaccionan igual que nosotros. Luego de las respuestas obligadas de "estamos bien", C no tiene síntomas y los de G ceden poco a poco con el tratamiento que le han recetado y con nuestros resultado negativo, se calman.
De igual manera, enseguida le informo a la madre de mis hijos pequeños que dado que estuvieron en contacto con notros solo un día después de esa visita al dentista, y la sugerencia de la doctora de que ellos deben hacerse la prueba, ella no dice que lo hará ni que ya lo hizo —viven con ella y hacen vida social en casa, recibiendo y visitando a familiares, fomentando la llamada falsa seguridad—, responde que quizás mi "fuente" esté equivocada —médico que ha tratado cientos de casos en su consultorio desde que inició en marzo el confinamiento—, y ratifica, que el subsecretario de Salud Hugo López-Gatell ha dicho lo contrario, sin especificar a qué se refiere; por ello zanjo con un Ok y me quedo con su frase de que estará pendiente de su salud.
La Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum ha exhortado a la población de la entidad a seguir las medidas para evitar la propagación del Covid-19 / Foto: @Claudiashein
Posteriormente, cuando le comentamos a C que dio positivo al coronavirus, ella rompe en llanto, lo cual era previsible, pero a su miedo, se suma el hecho de que se han estropeado los planes de visitar a su padre y hermano a Mérida, en solo unos cuántos días.
La consolamos como podemos, pero solo G la abraza, y ella, pequeña de nueve años, se hunde en el pecho de su madre, y solo allí, confundido por mi propia reacción motivada por la incertidumbre, las abrazo a las dos.
Afortunadamente C no presenta ningún síntoma, ni uno; eso atenúa nuestra desazón.
De hecho como G tuvo diarrea varios días, y un "ánimo" de sentirse "rara", desganada, fuimos al médico, y ella es quien nos manda a hacernos la prueba, los tres, para corroborar lo que en su trabajo diario ha venido confirmando, cada vez con más los enfermos que padecen Covid. G me cuenta, luego de salir de con ella, que son como 200 los síntomas los que sienten los infectados, y no todos son los mismos. G asevera que está segura que ella está enferma. Lo dice con tal convencimiento que pareciera que lo desea. Yo me resisto a creerlo. Mi alergia de años, me coloca aún más que ellas, en grupo de alto riesgo.
La doctora me manda a hacerme una radiografía del tórax, porque ha escuchado "algo" que no le gusta. No le importa que sea alergia, exactamente eso es lo que le preocupa, dice. La radiografía tendré que hacérmela la tarde del viernes. Eso me obligará a salir a la calle, a un sitio muy concurrido, en donde hay potencial riesgo de contagios.
De acuerdo con datos oficiales de Salud, las muertes por Covid-19 suman en México 110 mil 74, mientras que los casos confirmados son un millón 182 mil 249.
Por su parte el site oficial de la Secretaría de Salud de la
Ciudad de México, informa que al 8 de diciembre de 2020, hay 57% de ocupación
hospitalaria; tres mil 85 camas generales ocupadas; 948 camas ocupadas, con
ventilador; 26% de positividad; 23 mil 502 casos activos y 645 mil 745 pruebas
realizadas por el gobierno de la CDMX.
Mientras la posibilidad latente de enfermar con ese virus
mortal, como así lo confirma la doctora una vez que tiene en sus manos mi placa de tórax, en la que me enseña la inflamación y secreciones, aunque acota que no es grave, por ahora, y esos datos giran en mi cabeza —que nos sitúan como urbe en color
Naranja, en el semáforo de la emergencia sanitaria—, y supongo en la de G igual,
desandamos el trayecto a casa, en silencio.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario